Carta abierta a mis hermanos venezolanos, dentro o fuera del territorio.
Desde hace mucho no sabemos como definir nuestro estado de ánimo, decimos que «estamos bien» pero siempre nos falta algo. Estando dentro o fuera los venezolanos sienten los puestos vacíos, ausencias, horas de lágrimas, pérdidas y kilómetros de distancia aunque estemos cerca.
Te entiendo, he sentido eso que sientes en este momento, también me he preguntado el por qué nos tocó vivir esto, justo en nuestra juventud, cuando lo único que tenemos son sueños y deseos de realizar grandes proyectos.
Venezuela no son las arepas, las playas o los colores del atardecer, es mucho más que eso, Venezuela es el combo completo, que a pedazos logra reconfortar el alma cuando estamos lejos de casa, pero no hay nada como disfrutar de una malta con el desayuno de nuestra mamá un fin de semana.
Hoy es un día para agradecer, para marcar una «X» en el calendario, es un día para restarle tiempo al dolor. Hemos superado mil barreras y lo que comenzó como una lucha de pocos, se convirtió en el compromiso del mundo entero, que desde hace un tiempo nos han sostenido para no derrumbarnos.
No desmayemos, tomemos aire y sigamos alimentando nuestra esperanza. A los que están fuera: GRACIAS sus lágrimas y sacrificios han válido la pena, pronto volverán a tener un amanecer en nuestra tierra. A los que seguimos aquí: FUERZA porque solo grandes almas son capaces de brindar una mano amiga en medio de una tormenta.
Te amo con el corazón Venezuela.