Tengo una noticia para ti: No somos perfectos, nadie lo es.
No es que ya lo haya conseguido todo, o que ya sea perfecto. Sin embargo, sigo adelante esperando alcanzar aquello para lo cual Cristo Jesús me alcanzó a mí.
La forma en la que nos sentimos respecto a nosotros mismos es un factor decisivo en nuestro éxito de vida. Hoy en día es muy usual ver que todos en algún momento nos hemos menospreciado por el siempre hecho de no ser perfectos o de no cumplir con los prototipos de «perfección» que esta sociedad impone. Lamentablemente este tipo de pensamientos provoca un estancamiento en el camino hacia nuestro destino y es que debemos entender que nadie es perfecto. Y Él en su soberanía es tan bueno que comparte su vida perfecta con nosotros y anhela que crezcamos para ser más como Cristo.
Aun cuando Dios nos conoce muy bien y conoce cada detalle de nuestras vidas. Él no aprueba nuestro mal comportamiento pero está comprometido en formarnos para llegar a ser conforme a su imagen y semejanza. De igual forma, Él muchas veces no está de acuerdo con alguna de nuestras decisiones pero si está de acuerdo para que seamos su obra maestra. El no espera que seamos perfectos. Sino que tengamos la disposición en nuestro corazón de ser más como Jesús. Tal vez hoy no te sientes bien con la condición en la que te encuentras pero su palabra nos recuerda: El que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús. Filipenses 1:6 NVI
Así que confía que Él seguirá trabajando hasta ver en ti ese diseño que predestino. Su amor no se enfocará en tus debilidades o en tu imperfección si no en la virtud que deposito en ti.
Sigue adelante…!
Escrito para: https://evangelistadigital.com